Solo el reflejo en el agua de un cuarto de cielo abierto. Grande, brillante y blanco. Formas, en mil formas se sugiere. Bosques, niños, carros guardianes. Guerreros de otros tiempos y animales. Olores, casi ninguno y miles de distancias.
Entre ella y nosotros un mundo; mundo de voces imaginarias. De sensaciones despertadas en horas avanzadas. De sensaciones distintas y encontradas, del compás de espera, de amor, de madrugada.
Grande, brillante y blanca. En el cielo nocturno está el cuarto de luna, de la nueva, que vendrá mañana.
Marisa Avogadro Thomé. Texto e ilustración de su libro «Un viaje imaginario». Cuentos.2004