*Por Pablo Miranda.
Roberto El Coya Chavero, quien se ha dedicado difundir la obra de su padre de distintas maneras, quien también escribe compone, canta y si amerita la ocasión baila, acompañó a Yamila Cafrune en la presentación del sábado 25 de enero en el Festival de Cosquín.
Hubo espacio para el abrazo, hijos ellos y portadores de un legado que los enorgullece, pero que seguramente pesa tanto o más de lo que pesan en la historia viva del Folklore Argentino, tanto Atahualpa Yupanqui como El Turco Jorge Cafrune.
El Coya Chavero aseguró que su padre sentía mucho aprecio por Jorge Cafrune, y en su relato contó algunas anécdotas y momentos vividos, por la presencia de Jorge cantando en su casa, también la visita de Jorge y sus padres, es decir los abuelos de Yamila Cafrune, cuando Atahualpa, Nenette y el Coya vivían en Buenos Aires. «Esto habla de una relación más allá del canto nativo» expresó, al tiempo que minimizó alguna diferencia diciendo «después lo que pasó entre ellos, creo que no tiene mayor importancia», y destacó «tiene más valor lo que dejaron como patrimonio, legado, uno con su canto y el otro con sus obras».
Apuntó a no limitar el canto nativo a ciertas cosas y volvió a circunscribir la relación de Don Ata y Jorge Cafrune diciendo: «no tengo dudas de que Jorge haya, hasta su último minuto, admirado la obra de mi padre y que lo quiso profundamente, y mi padre lo mismo para con Jorge, yo creo que tenemos que empezar a levantar la mira, empezar a apuntar a la estrella y no bajar la mirada de eso. Nuestro canto nativo tiene joyas y cuando uno rompe la noche, el silencio de la noche y de las estrellas para emitir un canto debe ser un canto que honre el cielo y que nos honre a nosotros los humanos, yo creo profundamente en eso».
Roberto Chavero expresó que esos conceptos no solo los aprendió de su padre, sino también de seres que venían, pasaban, a veces cantores conocidos y muchas veces criollos de campo y consideró «me parece que pasa por ahí la historia, así que los invito, de verdad, de corazón a que apuntemos bien alto, como lo hace como lo hace Yami (por Yamila Cafrune) en el sentido de rescatar un canto nativo que se afirma en los paisajes, en los distintos paisajes de nuestra tierra».
Tal su estilo, su manera de ser, en tono pausado y reflexivo, aportó: «Zubin Mehta decía de que los pueblos cantan como hablan y yo digo que hablan como es el paisaje, caminan como es el paisaje, trabajan de acuerdo al paisaje, los oficios, entonces me parece que es eso lo que nos debe preocupar, en eso debemos ahondar y todos podemos colaborar en ello y muchos de ustedes que son los que disponen de la difusión».
- Roberto Chavero, siempre está dispuesto al diálogo, a compartir lo que conoce y lo que sabe, sus conceptos demuestran que es un hombre cultivado, de mucha lectura y de pensamiento propio, la misma actitud encontramos cuando habla pero con la guitarra, con alguna poesía o letra de su autoría, mucho tiene que ver con el paisaje. Un espíritu docente comprometido con el medio ambiente. El Coya, la mixtura de criollo indio por parte de padre y una mixtura americana del norte con Europa, su madre Nenette nacida en Canadá, hija de Papá Francés y de madre canadiense de origen irlandés, pero con ciudadanía francesa por esas cuestiones de la colonia, todos elementos que influyen en el idioma y la cultura de las personas.
La Casa Museo del Cerro Colorado gana en agenda cuando Roberto «El Coya» Chavero se aquerencia nuevamente en el lugar que lo vio crecer.
*Pablo Miranda
Editor Caminante Periódico y Caminante Digital.