Por MAXI MONTI PARA NEGRO WHITE. Nada como una historia que empieza en el mar. Sobre todo si el mar es terso y suave y los pececitos arcoíris silban bajo la superficie. A sus playas desembarcaron, hace mucho tiempo, los galeotes portugueses a emprender la aventura que los españoles habían puesto de moda un año antes.
En algún sitio de esta ciudad, entre torres de vidrio y favelas de chapa donde pululan turistas acosados por vendedores corteses e invencibles (timadores de sonrisas), el gobernador Tomé de Sousa plantó bandera para fundar la primera capital del futuro Imperio.
Tamaño antecedente la haría merecedora, cuatro siglos y medio más tarde, de un estadio para 60 mil espectadores y seis fechas de la Copa del Mundo. Los tiempos de preparación (falta terminar tantos estadios, autopistas, aeropuertos, metros, trenes, líneas de colectivo y servicios de telefonía e internet) desvelan al gigante que intenta dormir, con los ojos clavados en el techo, bajo las goteras del costosoEstadio Nacional Mané Garrincha.
* Maxi Monti Periodista, 24 años. Intransigente por momentos pero buen tipo en general. Escritor de servilletas, cantante de bañera, revolucionario de oficina. Independiente en el sentido más ambiguo de la palabra.
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