15 días son muy pocos para mirar dos países. Llegamos a San Pedro de Atacama,Chile, con actos por el 21 de Mayo en su plaza principal, fecha de la batalla con la que ganaron el conflicto territorial a Perú. Tambores de guerra redoblando, no permitían escuchar las poesías de los chicos y los discursos patrióticos de las maestras.
Funcionarios trajeados y ridículamente envarados por la ocasión, no miran la terrible desigualdad y cuentapropismo extremo. La construcción «villera» en su mayoría, cuando no colonial,contrasta con autos bastante nuevos,y la omnipresencia de las chatas rojas, flamantes, con sus antenas látigo, de las empresas del cobre que son en si todo un relato.
Chatarra de camiones,grúas y maquinarias mineras sobre amortizadas, por doquier, en un paisaje bello y desértico,hablan de que sigue habiendo mucha plata dulce, solo para algunos.
La llegada a Iquique,con fondo del pacífico azul,es espectacular,interrumiendo el sepia que nos acompañaba. Es una linda ciudad con gran actividad portuaria, la zona franca ZOFRI, exportación de harina de pescado,y antiguamente del guano de las aves marinas.
Iquique, Zona Franca y el Pacífico.
Muchos edificios nuevos, orden, limpieza, e indicadores de evacuación en caso de terremoto o tsunami. Al salir hacia Arica,escondida en los cerros amesetados,nuevamente grandísimos barrios de casas precarias,autos nuevos, depósitos de chatarra. Pasamos por Humberstone,un pueblo construido por una empresa salitrera, con su templo,edificios gubernamentales, clubs, y todo lo que se espera de la civilización,totalmente abandonado. Se acabó el salitre y la empresa se fue de un momento al otro. Solo se usa para filmar alguna película cada tanto.
Ya en Perú, se ve un importante intento de distribución de tierras en proceso, muy cerca de la frontera, lo que hace pensar más en un objetivo de contención, respecto al vecino, que en santas intenciones.
Rumbo a Arequipa, los geoglifos gigantescos en la ladera de los cerros,hace suponer que solo estamos influenciados por la relativa cercanía de Nazca, hasta que encontramos un cartel oficial que restringe la circulación por la zona e indica que son reales.
Arequipa, consulado Alemán.
Arequipa, parte del sistema de Acequias Incaicas
Arequipa, algunos se comunican así, asimetrías. El autor de esta nota dice: «El escribiente,profesión que creía extinguida de esta forma, hace cartas para mandar a parientes,trámites,etc».
Cientos de kilómetros de andenes alguna vez cultivados,hoy abandonados, hace pensar que algo sucedió con el clima del lugar,subiendo los Andes. Brillantes manchas verdes de cultivos, en cada vallecito donde hay agua,muestra el esfuerzo humano,y da una perspectiva aérea de los tremendos precipicios que bordean el camino.Picos nevados,glaciares,y la fumarola de un volcán,induce a admirar profundamente a los amables cholos y cholas, capaces de vivir y desarrollar sus artes en esa geografía tan hostil.¡Kausachum! que significa bienvenidos,es la palabra que escuchamos al llegar a Arequipa,la ciudad blanca,llamada así por su construcción mayoritariamente en piedra sillar de ese color, y segunda del Perú.
Desarrollada por los españoles de abolengo,que residían en Cusco hasta las revueltas indígenas del siglo XVIII,muestra la paranoia de los barrios acomodados,en la gran cantidad de rejas y púas sobre tapias,puertas y acceso a balcones. No parece ser insegura transitando de a pie sus bellas calles,salvo por el endemoniado tráfico. Increíble cantidad de taxis, y remises semicolectivos, que tocan bocina para advertir que están vacíos,o aun tienen lugar,invitando a usar sus servicios.
Callecitas cusqueñas
Una hermosa plaza,que con recovas de dos pisos rodean tres de sus lados,enmarcan una bella e imponente catedral. En su interior,el órgano de vientos más espectacular visto hasta el momento.
Plaza de Armas en Cusco
La cruz y la espada, se encuentran a cada paso, en sus conventos y claustros varios, abiertos hoy al negocio turístico en todas sus manifestaciones.
Titicaca
Escritor, poseedor de un gran espíritu crítico.
Autor del libro «Del borde… hasta la estulticia».