La Cumbrecita y su apuesta a la sustentabilidad social

 

Considerando que es una actividad que produce múltiples impactos sociales, culturales, naturales, económicos me pregunté ¿cuál es la importancia social de un destino?

*Por Pablo Miranda.

 

Más allá de los temas de debate natural y lógicos en una comunidad activa y sobre todo en tiempos electorales, La Cumbrecita  goza de una reputación que tiene un proceso histórico, pero también el aporte que con el correr de los años han consolidado capas de solidez al destino turístico que le permiten alcanzar una ocupación anual de 160 días.

Dicho así pareciera que tiene un rumbo, un destino inequívoco.  Un pueblo que es visitado por más 550 mil turistas al año, donde algunos pueden alojarse y otros se dan una vueltita como excursión y lo agendan para cuando el calendario les abra alguna ventana para poder quedarse unos días, podría llevarnos a la equivocación si apresuradamente consideramos que por ese solo hecho es exitoso.

Más allá de lo intrincado que resulta calificar a un pueblo o destino (pueblo) como exitoso, no siempre en lugares que gozan de la visita de buen número de turistas durante el año, se presentan aspectos de movilidad ascendente como los que aparecen en el destino del que me estoy ocupando y que muestra signos reales de una apuesta al desarrollo sustentable.

Bien conocido es que La Cumbrecita es una Reserva de Uso Múltiple y que tiene una reglamentación especial para intentar el menor impacto y degradación del entorno natural, por citar solo un ejemplo: la política de sostenimiento de más de dos décadas del sistema (estacionamiento controlado en el ingreso) que garantiza que sea un pueblo peatonal con una inversión en personal de planta que ayuda al turista a interpretar el destino, indicando las pautas a respetar y para que pueda disfrutar de su estadía de la mejor manera.

Pero en este artículo intentaremos desde Caminante desentrañar y por qué no poner en valor políticas que devienen en planes que luego son implementados por distintos programas específicos que permiten la consecución de los objetivos trazados y a continuar con la dinámica que hace que el destino no solo tenga pasado, sino que haya un presente y que se para de cara  a lo que viene con ojos desafiantes para el futuro.

Un destino turístico no puede ser solo un buen indicador, es decir un número que hable de la ocupación que alcanza en un año y del consumo per cápita de los visitantes para luego trazar una línea que divida ese total del ingreso por la cantidad de cada uno de los habitantes de la localidad para postular una especie PBI local.

Un destino habla de su compromiso con la sustentabilidad cuando aborda la realidad social, cultural- educativa, y se preocupa por la salud de su gente y mejorar su calidad de vida.

Es casi común ver que aparecen artículos en distintos medios de comunicación de la provincia, nacionales e internacionales destacando algún aspecto de la apuesta social que se hace en el lugar, y en alguna manera compiten con aquellos artículos que se detienen a darle visibilidad a la belleza de su lugar, la calidad de su gastronomía y servicios.

Cuando decimos apuesta social podemos mencionar los proyectos que se llevan a cabo y la aparición de otros que se generan de manera permanente en el Instituto Los Tabaquillos, que es un establecimiento que adoptó la comuna para poder dar la alternativa educativa en el nivel secundario para que los jóvenes no tengan que ser migrantes de 12 o 13 años por no tener a donde asistir a clases. El instituto no está vacío, acude a él una numerosa población de estudiantes que reciben enseñanza de calidad interpretando el lugar en que se vive. Recientemente se puso en marcha un curso en Neurociencia que es pionero en Latinoamérica y “es una manera de alcanzar a los jóvenes los avances más recientes e innovaciones en el estudio del sistema nervioso que impactan en temáticas de salud como las adicciones, patologías cerebrales, toma de decisiones” según se nos dijo desde la institución y que tiene un campo más abierto aun.

El pasado mes de diciembre la misma institución alcanzó reconocimiento público provincial cuando su Director Giacomo Ponta fue seleccionado para el concurso de La Voz del Interior “Cordobés del año”, y ya un año anterior la Fundación Diario La Nación le había otorgado el premio Comunidad a la Educación  y reconocimiento a proyectos de calidad educativa en zonas vulnerables. En Aquella oportunidad, Giacomo Ponta decía  “Nos dimos la oportunidad de pensar que otra escuela es posible y que el vínculo pedagógico se nutre de la relación humana. Nuestra escuela dejó de ser sólo escuela para transformarse en «encuentro», dando la posibilidad de que todos puedan estudiar, más allá de la lejanía física respecto de la institución» al referirse a la distintas recorridas en la sierras para enseñar a aquellos que no viven en La Cumbrecita. Hoy cuentan con un albergue comunal  a donde llegan durante la semana para poder estudiar junto a otros compañeros del pueblo.

La Cumbrecita cuenta con todos los niveles educativos, desde sala cuna hasta finalizar la escuela secundaria.

 

Otros aspectos

El compromiso de los vecinos no pasa desapercibido ante los ojos de aquellos que con otros universos en sus retinas descubren cómo bomberos (hombres y mujeres) se multiplican para estar preparados para una de las peores amenazas de la zona que son los incendios forestales, es una zona hermosa pero producto del esfuerzo es que se han alcanzado algunas comodidades, es toda una comunidad que se compromete, con amor al lugar, de otra manera hubiese sido imposible sostener una sociedad pujante.

 

El asfalto tiene apenas una década, antes de ello, la realidad era más dura, pero bastó soñar, proyectar y empujarlo para que fuera una realidad, lo mismo ha acontecido con el gas natural que ha llegado este año al pueblo y que ahora se afronta una etapa no menos difícil pero linda para los soñadores de siempre que eligen una utopía y van tras de ella, y es armar la trama de la red domiciliaria para que la hornalla de alguna cocina o termotanque de un hogar trabajador se encienda con el gas natural.

 

Cuando la palabra espeleísmo era poco usual, hasta que ocurrió el hecho de los chicos de Tailandia, en La Cumbrecita ya se había comenzado con un relevamiento de los sectores subterráneos del Arroyo Wildbach y cada vez se lo recorre más y sus conexiones intermedias son cada vez más estudiadas. También en esta materia La Cumbrecita es pionera y señala un camino a seguir en torno a temas de seguridad de esta índole.

 

No pretende ser esto un memo de un sin número de acciones que se llevan adelante, pero sí destacar que en términos de desarrollo y sobre todo en destinos turísticos, La Cumbrecita tiene mucho para aportar como experiencia, es mucho más que un pueblo peatonal,  que en su momento supo dotarse de WIFI cuando no era tan común (no lo es aún) que en algunas plazas del país hubiera la posibilidad de la conexión libre. Sólo el mencionar algún espíritu de la política pública denota dónde radica el verdadero éxito, la sociedad no puede estar fragmentada en incluidos y excluidos como acontece en grandes urbes que presentan números que son un incesto para la riqueza potencial que tiene Argentina.

La Cumbrecita es mucho más que un buen indicador turístico, es la puesta en valor de saber dónde se vive, donde cada yuyo no está por que sí no más, donde la fauna propia se reconoce y hay rescate permanente de saberes populares a la memoria de quienes nos van dejando pero que hasta recientemente han sido memoria de un tiempo vivo en las Sierras Grandes. La Cumbrecita es pertenecer a un lugar y hacer lo que hay que hacer en tiempo y espacio, a veces condicionados por determinados contextos pero siempre para adelante. Algunos estudios de economía política manifiestan que aquel que no tiene capital tiene la fuerza del trabajo individual para ofrecerle al mercado, aquí está claro que no se ha mezquinado al trabajo y que cada lugareño, sobre todo, ha demostrado que hay dignidad de sobra.

Hay un encanto natural, pero está la mano de hombres y mujeres que han hecho de La Cumbrecita “el mejor lugar para vivir y buen lugar para visitar” como lo describe a menudo el Presidente de la Comuna Daniel López.

 

*Pablo Miranda Técnico en Comunicación y Turismo. (FCC-UNC)

 

 

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