Foto portada: Turismo Santa Rosa de Calamuchita.
*Por Pablo Miranda.
El verano arrojó en términos generales muy buenos números de ocupación en alojamientos lo que trajo aparejada la dinámica de consumo en restaurantes y en comercios. En los últimos años surgieron algunos emprendimientos destinados a la industria del uso del tiempo libre, parques de entretenimientos de iniciativa privada y múltiples paseos potenciados desde los gobiernos locales, lo que ayuda a que el turista opte por permanecer en la región por más tiempo.
La aparición en la región de los primeros viñedos allá por el año 2000, sobre todo en el norte calamuchitano, abrió la puerta para que otros inversores apuesten a esa actividad y hoy ya son 15 emprendimientos de los cuales 5 tienen bodega incluida. Si bien la misma en sí es una actividad productiva le aporta belleza al paisaje y garantizan naturaleza ante el avance del cemento, tiene su impacto en el consumo de productos de la región y la visita a sus bodegas y a sus restaurantes (los que desarrollaron esa alternativa), se tornaron en actividades recreativas y ayudan a un mayor pernocte.
Surgió recientemente el camino de las lavandas, encadenado al trabajo previo de quienes la producen, proliferan paulatinamente otros emprendimientos de tipo aromáticas que agregan contenido a la región y también alientan el nombre -marca- Calamuchita y activan su presencia en distintos medios digitales y tradicionales no relacionados directamente al turismo pero que lo potencian.
Algunos restaurantes consolidaron su propuesta y otros comenzaron su camino ampliando la oferta.
- Foto: Estofado de Cordero, un clásico del restaurante Lo de Acevedo en Los Reartes.
Es cierto que no todo ha sido esfuerzo individual, como tampoco de pueblos desconectados totalmente de otros, ha habido momentos de trabajo más parecido a un bloque regional y otros tiempos de menos coordinación como el que se ha dado este último tiempo. Tal vez allí esté una de las raíces de los problemas que hasta el día de hoy no han tenido avances importantes en sus resoluciones, en algunos casos ni abordados, temas ambientales como las cloacas, la proliferación de loteos sin mucha planificación, entre otros.
En relación al tema cloacas, el más complejo de los problemas, La Cumbrecita está duplicando la capacidad de su planta de tratamientos en estos momentos con una inversión superior a los 24 millones de pesos, en tanto que Villa General Belgrano y Embalse tienen una parte de su población conectada a un sistema de tratamiento, el resto de los pueblos calamuchitanos que son más de 20 no tienen tratamiento alguno.
Festivales, festividades y agenda anual ponen su cuota de importancia en esta realidad, por ejemplo el Festival de Embalse Un Canto a la Vida, o los eventos de verano propuestos por Santa Rosa con fuertes inversiones en lo artístico, la siempre importante agenda de eventos de Villa General Belgrano, y la emergencia hace ya algo más de una década de las Veladas Criollas de Los Reartes por citar un ejemplo.
El Valle de Calamuchita ha crecido considerablemente en camas destinadas al turismo, por ejemplo Villa General Belgrano allá por el año 2004 tenía 2.500 plazas y alcanzaba ocupación plena de 80 días al año, en el 2008 y con crecimiento exponencial de camas ya superaba la ocupación plena por más de 120 días al año, un informe del año 2019 indica que VGB contaba con 6.222 plazas habilitadas y la ocupación anual de 160 días (Datos aportados por Cintia Ramírez quien se desempeñaba por entonces como Sec. Turismo) . De alguna manera y con matices, el resto del Valle de Calamuchita siguió creciendo y sin embargo no cayó la ocupación, fuera de esta apreciación están los lógicos contratiempos en los que nos metió la pandemia.
Un informe reciente emitido por Santa Rosa de Calamuchita arroja como dato que en Semana Santa 2022 «el porcentaje de ocupación en las diferentes modalidades de alojamiento fue de 92%, y quienes pernoctaron en Santa Rosa permanecieron en su mayoría entre 3 y 4 días». Ese mismo informe muestra en gráficos la interacción que hay entre los pueblos del Valle, vecinos y turistas que se movilizan para participar de los eventos. En relación a este tema, cuando el Valle de Calamuchita se promocionaba en conjunto se identificaban cuatro productos claros, articulados y diversos: lagos; sierras y ríos; historia y cultura; y cultura centroeuropea. Lo que alentaba a que se recorriera la región, que es como se han desarrollado el tema turístico en el mundo. No es este un jirón de nostalgia, sino que potenciar la región en conjunto y con sus nuevos productos sería un gran valor agregado.
No pretende este artículo dejar la impronta de que todo está bien, pero sí es bueno reconocer en qué punto se está para poder avanzar en la resolución de otros problemas, como la seguridad, días atrás en una editorial oral para radios mencionaba que no era novedad alguna que el fin de semana santo haya tenido niveles de visitas cercanos al 100% en la gran mayoría de los destinos del valle, pero identificaba que uno de los temas a resolver es el ingreso económico de los trabajadores, sino las ganancias extraordinarias caen siempre en los mismos bolsillos que se abultan un poco más desafiando el contexto y como manifestaba un intendente off de record a Caminante Digital, a los trabajadores solo les queda el cansancio.
Más allá de esta situación creciente del turismo, muchos trabajadores siguen sin llegar a fin de mes, aquellos que están en negro y aquellos que están en blanco, por supuesto que quienes padecen la informalidad son los que menos garantías de estabilidad laboral tienen, no acceden a obra social y no califican al crédito ni a una tarjeta que puede salvar alguna contingencia. El problema de la distribución se presenta tanto en trabajadores privados como en los que lo hacen en el Estado, ya sea municipal o comunal.
La economía no es solo matemáticas, de hecho que es considerada una Ciencia Social, tan es así que en algunas localidades se les fue la mano con el precio de los alojamientos y cayeron algunos puntitos en ocupación en relación al año anterior, y es sabido que en turismo cama que no se alquila es un ingreso que no se recupera. Es necesario estar atento al equilibrio.
Villa Rumipal, si bien siempre ha sido una villa de descanso buscada sobre todo en temporada alta, en los últimos años ha realizado un refresh de su propuesta y a podido emerger con más potencia, es una de las gratas novedades, «somos agua» dice de Secretario de Turismo Facundo Suárez aprovechando el espejo de agua, pueblo que además ha revalorizado los espacios verdes como paseos, un largo reclamo de los vecinos cercanos a Villa Naturaleza. Junto a Villa Cañada del Sauce, si bien con otro producto, más tranquilo y menos invasivo, son quienes vienen destacándose este tiempo fijando sus perfiles y teniendo en claro a qué mercado apuntan. En este tándem Embalse y su apuesta a los deportes náuticos también muestra un interesante trabajo que además acompaña con eventos gastronómicos a la vera del lago más grande de la provincia.
El ascenso al Cerro Champaquí, el punto más alto de la provincia, y desde Calamuchita se puede ascender por Yacanto en vehículo hasta Cerro Los Linderos y de allí el asalto al Champa con 30 minutos de caminata, o hacer la que mayor esfuerzo pero rica aventura presenta que es el ascenso por Villa Alpina, pernoctar una noche en los puestos y hacerlo en dos etapas. La actividad va en crecimiento y se requiere de mayores controles por parte de autoridades y de responsabilidad por parte de los turistas.
Hay casos de pueblos como Los Reartes que han crecido en oferta y en propuestas pero sin pasarse de escala, y otros como Villa Ciudad Parque que ha incorporado agenda de tipo cultural y contacto con la naturaleza acompañada de una comunicación audiovisual de calidad revitalizando a un pueblo que va encontrando en la diversidad su identidad como pueblo hacia adentro y proyectándose en lo turístico.
Un párrafo a todas las expresiones culturales de los vecinos/as de los pueblos calamuchitanos, músicos, poetas, artesanos de distintas habilidades, pintores, etc, que no solo nutren el día a día sino que también ganaron espacio merecido en la vidriera turística y le hacen bien al Valle.
Por eso destaco en el título que los pueblos de Calamuchita sostienen su dinámica turística, el gran desafío es recuperar trabajo de conjunto y mejorarlo en términos regionales, porque un festival con algunos recursos o prioridades se puede hacer en cualquier lugar, administrar destinos turísticos es otra cosa, y así como el éxito de cada pueblo involucra a todos los que lo componen de manera directa o indirecta, al Estado y privados, también es necesario achicar la brecha de ingresos, la canasta en Córdoba para no ser pobre está en los 80 mil pesos y muchos trabajadores y trabajadoras no llegan ni cerca aún trabajando todos los días.
*Editor Caminante.