Política: Cómo estamos y la necesidad de salir del discurso de campaña permanente

 

*Por Pablo Miranda.

Lentamente o rápidamente se va acabando el año, según la perspectiva y prisma con el que se mire, imposible escapar a las subjetividades.

 

 

En términos políticos a nivel país el oficialismo sufrió una derrota en las elecciones de medio término, sin embargo en la estructura de cargos de acuerdo a nuestro sistema de representación, no hubo novedades que se relacionen de manera proporcional al impacto mediático. Por ejemplo el caso Córdoba, la expresión anti FdT se quedó con la misma cantidad de representantes, solo que JxC le arrebató un escaño en diputados a Hacemos por Córdoba que no pudo sostener las 3 bancas que ponía en juego y se quedó con 2. Por su parte el Frente de Todos ponía 1 en juego, y es la que pudo sostener con la lista que encabezó Martín Gill, que al renunciar a esa banca adquirida seguirá estando en manos de Pablo Carro por cuatro años más ya que este integraba la lista en tercer lugar y respetando el cupo de género recae en él la consecución del cargo.

En tanto que en Senadores, sí se produjo un movimiento ya que el rutilante triunfo de Juntos por el Cambio en Córdoba le reportó sostener las dos bancas que tenía pero ahora son ocupadas Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero, no hubo novedades importantes, pero sí en Hacemos por Córdoba que alcanzó el segundo lugar y Alejandra Vigo desalojó de la Cámara Alta a Carlos Caserio quien suscribió al Frente de Todos estos últimos años. Este hecho le da un margen de negociación a Schiaretti, no obstante el FdT tiene oportunidades también de acuerdos, ya que el peronismo cordobés necesitará unidad de todos los sectores si quiere llegar con posibilidades de competir en las elecciones del 2023 que le permitan retener el poder provincial. Los resultados en 6 provincias de las 8 que eligieron senadores en esta oportunidad fueron esquivos para el partido del Presidente y su Vice, lo que movió de 41 a 35 la representación oficialista y perdió quorum propio ya que se requiere la mitad más uno, es decir que necesita 37, le faltan 2.

Por supuesto que la pérdida de quorum propio en Senadores obliga al gobierno nacional a llevar adelante distintas estrategias en procura de alcanzar las nuevas leyes que irá necesitando para continuar con la gestión por los dos años venideros. En tanto que en Diputados el FdT sigue siendo la primera minoría con 118 bancas. La Cámara de Diputados se compone de 257 representantes en total.

Tal vez el rostro más claro del triunfo de Juntos por el Cambio en el país se da en la posibilidad de instalación de agenda política en distintas escalas a la que accedió, con alta potencialidad de alternancia en el 2023 a nivel nacional y en determinados distritos provinciales, aunque las disputas internas siguen vigentes, vemos que por ejemplo la interna de la UCR por la Presidencia del Bloque y la Coordinación del Interbloque trajo fracturas entre Losteau, Giacobitti y De Loredo (operados desde atrás por el Coty Nosiglia) que enfrentaron al tándem clásico de Morales, Negri, Cornejo quienes lograron que Facundo Manes y Verónica Lozada como caras de renovación partidaria hayan optado por quedarse en el grupo autoreferenciado como la institucionalidad radical, por supuesto que esto repercute de distintas maneras hacia adentro de la alianza que integran donde juegan actores de otros partidos.

 

Todo por un minuto de tele.

Y sí, desde que los comités, unidades básicas, centros socialistas, se fueron quedando sin asistentes, el debate lo ganó la tele, la radio, el diario,  también la irrupción de la revolución digital; o fueron estas herramientas que impulsaron cierta obsolescencia de los espacios partidarios físicos cada vez menos frecuentados, por tal motivo: político mata por un minuto de estrellato, es la visibilidad la que está en juego.

 

Democracia de electores no alcanza

Otro fenómeno al que se asiste y que tuvo sus comienzos como proceso en los años cercanos al 2000, fue que la política, como práctica, cada vez fue cayendo solo en manos de aquellos que ocupan cargos estatales, en sus tres niveles, Nacional, Provincial, Municipal o Comunal, a lo que hay que sumar los espacios deliberativos (congreso, legislaturas provinciales, concejos deliberantes) y judiciales. Me permito decir que la política no puede reducirse a una mera formalidad institucional, ya vemos lo que pasa cuando la democracia solo se reduce a emitir nuestro voto en una urna, los cargos alcanzados tienen legitimidad institucional, pero la legitimidad del accionar diario cada vez es menor, también en esto la sociedad tiene su responsabilidad, claro está que cada poder tiene pretensión hegemonizante, y la disputa permanente de ello es lo que le da la dinámica que la sociedad requiere para que las decisiones se parezcan un poco más a todxs y no solo a quienes ganan.

No descuido para nada que ante esta realidad fueron surgiendo distintos movimientos que generando anticuerpos al sistema se antepusieron, desde movimientos piqueteros, espacios asamblearios en defensa del medioambiente, autoconvocados por mayor seguridad y por tantos  otros temas como por ejemplo la discusión de las autovías en los valles turísticos a los que se los romantiza como soluciones a todos los problemas, pero que mientras responden a ciertas demandas de conectividad y abren más puertas al negocio inmobiliario, generan otros problemas que pueden transformarse en estructurales y que luego son los más difíciles de reparar. Pero volviendo al punto, si bien surgieron manifestaciones sociales de esta índole, siempre les cae el sayo del carácter marginal y no dentro de la política grande, aunque la grandeza de la política recae en que todxs nos hagamos cargo de su importancia y que cada uno seamos actores conscientes de los que generamos y de lo que no generamos. La antipolítica no lleva a ningún puerto, son cantos de sirena que no producen soluciones de tipo colectivas (para todos) por la sencilla razón de que no la tienen en su visión de futuro. No tiene impregnado el por qué se hace lo que se hace, es la puteada deliberada que nace y muere en ese mismo acto emocional.

Un anticuerpo a la antipolítica es salir del discurso permanente de corte electoral y efectista emocional al que se apela en la disputa agonal de la política, considero que es necesario separarse de esta para regar la etapa constructiva que es la más necesaria, pensar, actuar de manera más racional y no dejarse arrastrar por las pasiones que nos ciegan.

 

*Editor Caminante

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *