Raly Barrionuevo, un músico de hoy y de acá

Por Graciela Pereyra

 

Dueño de una hermosa voz y de un talento creativo muy personal, Raly Barrionuevo escapa al estereotipo del folklorista argentino ya que si bien tiene el conocimiento ancestral de la música campesina, adquirido a partir de vivencias propias, y maneja técnicas y estilos inherentes a la música urbana, su etiqueta personal, a la hora de clasificar su propuesta, es simplemente (y nada menos que)  MUSICO.

Imposible encuadrarlo en el rubro folklore exclusivamente.  Queda a la vista con trabajos anteriores y, sobremanera, en su nuevo disco RODAR.

Su propuesta musical es urbana y rural, tradicional y moderna, argentina, latinoamericana y universal. Todo al mismo tiempo.

Por qué hay una necesidad de etiquetar?  Por qué clasificarlo como se agrupa una mercadería en el supermercado?  Por esa costumbre, esa necesidad de poner rótulos….

Pero a Raly no le va otro rubro que el muy genérico de MUSICO, y de los mejores.

Y esto lo viene manifestando en los veinte años que lleva pisando escenarios en forma profesional. Lo trae en sus genes.  Es músico, es artista desde la panza de su mamá.

El 21 de julio pasó por Santa Rosa de Calamuchita en una presentación que se prolongó por mas de dos horas, tiempo en el cual “sometió” a los presentes a distintos climas y emociones.

Inició su presentación solo, con su guitarra, interpretando una seguidilla de zambas en la que “Luna Cautiva” fue la primera de la lista.

“De nuevo estoy de vuelta”…entonó y el público sintió la alegría que produce la llegada de alguien muy esperado.  “Si me tienen paciencia, seguimos así, despacito… total hay tiempo”, dijo y todos nos acomodamos mejor en los asientos, dispuestos a disfrutar.

Luego, desde ese clima relajado y gozoso,  ahora acompañado por los músicos de la banda, comenzó a desgranar temas incluidos en su discografía anterior y también presentó en sociedad algunos de los de su próximo disco: RODAR.

Promediando la presentación, hizo un paréntesis en su protagonismo sobre el escenario, para permitir el lucimiento a los talentosos músicos que lo acompañan. Con enorme generosidad presentó a los cuatro y  su turno, cada quien pudo lucirse en una interpretación solista, en la que Raly ofició de músico acompañante.  Fue el único recreo que se tomó.

Seguiría su actuación con chacareras propias y ajenas, hermosas zambas (al pedido de alguien para que interpretara Zamba y Acuarela dijo: “hay otras más lindas”), uno inevitable: “Hasta Siempre” y otro muy aplaudido: “Ey, paisano…” dieron paso a “Oye Marcos”.  Una versión de “Ojos de cuarto menguante” con la inclusión de un fragmento de “Te recuerdo Amanda”…magnífica fusión.

Su compromiso social dijo presente a la hora de leer un mensaje relacionado con el repudio a la minería a cielo abierto en Calamuchita, “déjense de joder”, pidió espontáneamente.

En fin, para todos los gustos y todas las edades.

Raly Barrionuevo es, mi humilde opinión personal, el mejor exponente artístico de su generación.  Un referente ineludible que desanda un camino importante de compromiso poético, musical y social.

 

Graciela Pereyra

 

 

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